ABC MADRID 18-03-1979 página 127
- EdiciónABC, MADRID
- Página127
- Fecha de publicación18/03/1979
- ID0001279189
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En los pasillos del hotel, donde el doctor había instalado su clínica, los enfermos hacían largas colas con la esperanza de ser recibidos y curados por Asuero. El doctor Asuero había estudiado Medicina en Madrid y e j e r c í a su especialidad de otorrinolaringologo. Una imagen del hotel Príncipe, de San Sebastián, en la época en que el doctor Asuero lo convertiría en el centro de interés de toda España con su tratamiento. Asuero había descubierto el secreto de la reflejoterapia, sino que demostraba un desmedido afán de notoriedad, que alcanzó con creces, al provocar la psicosis colectiva de la primavera de 1929. Se contó entre los primeros casos de curaciones sorprendentes el de un soldado del regimiento de Artillería, de guarnición en San Sebastián, Jesús Dilis Núñez. Llegó a la consulta acompañado de sus familiares. No podía mover las piernas y llevaba la cabeza ladeada. No h a b í a transcurrido un minuto cuando salió de la consulta por su propio pie y dando saltos de alegría. Manifestó a los periodistas que padecía reúma articular y que se sentía perfectamente curado Cada día, durante aquellos meses, surgía en una nueva capital de provincia un nuevo cultivador de la asueroterapia El ctsuerismo? va a provincias El fenómeno más sorprendente, provocado por la terapéutica del trigémino del docLa sala donde se practicaba ia asueroterapia Al parecer, este tratamiento era una modificación de la centroterapia Bonnier. tor Asuero, fue el del milagroso asuerismo que la Prensa alentó y exageró en toda España. En una nota publicada por el médico del hospital de Sevilla, doctor Domínguez Rodiño, el 26 de mayo de 1929, decía lo siguiente: No hay tal problema. Si se suprime la tinta de imprenta gastada estos días, no queda nada Estas curaciones de que se habla- -agregaba con un poco de chirigota andaluza- -son como las que realiza el bicarbonato todos los días, con la diferencia de que de bicarbonato se pueden tomar, ¡en el transcurso de la vida, varias toneladas y, en cambio, no creo se pueda insistir demasiado con el cauterio del trigémino. Esto me hace pensar que habrá que volver al rapé, por tratarse de un procedimiento más inocuo. Y añade Domínguez Rodiño: El doctor Asuero merece respetos y le considero ajeno a toda la campaña que alrededor de él se hace, incluso la 15